ENCUENTRO CERCANO

Estaba muy ansioso por llegar al pico y correr unas olitas; arranque temprano y poco después del amanecer encontré una buena rompiente, agua transparente y playa desierta. Tome un par de olas y cayeron mis amigos, lo mejor del surfing es compartirlas con ellos. Corríamos izquierdas, derechas y hasta pegamos algunos tubos, siempre bajo la atenta mirada de las gaviotas. De pronto escuchamos unos ruidos provenientes de la orilla, los producían un montón de seres extraños que aullando se metían rápidamente en el agua, cargando unos objetos raros. Nuestro asombro creció cuando vimos que estos seres avanzaban torpemente hacia el pico donde estábamos, nos apartamos de su rumbo y los observamos. Estas criaturas se detuvieron en el pico y esperaron la serie, cuando ella entró, nadaron rumbo a la orilla y se incorporaron en los objetos sobre los cuales habían ingresado al mar, corrieron la ola en su totalidad; no lo podíamos creer.

La curiosidad fue tal, que pese al miedo que sentíamos nos acercamos a ellos lentamente. “Parecen inofensivos”, dijo uno de mis amigos. Nos habíamos acercado bastante y vimos que nos miraban asombrados y contentos a la vez. Nos estudiábamos mutuamente y cuando quisimos acordar estábamos jugando con ellos; esto duró unos quince minutos, pues nuestras familias nos llamaron y tuvimos que partir.

Esa noche les conté lo ocurrido a mis padres y se preocuparon, yo no entendía el porque de su angustia, entonces mi padre me explicó: “Tienes que tener más cuidado cuando te encuentres con ellos, son muy peligrosos, muchos de ellos contaminan, dañan sin razón, traicionan fácilmente y en algunas ocasiones se matan porque sí”. Asombrado pregunte ¿qué animal puede ser tan irracional? y mi padre me contesto: “lo que pasa es que son Hombres, hijo, Hombres……..solo en unos pocos de su especie puedes confiar, cuídate de ellos”.

Pese al temor que despertó esta charla en mí, creo que los de la mañana no tenían esa maldad, si todos los hombres se acercaran a la naturaleza y abrieran sus almas, confío en que nosotras las toninas y ellos podríamos comunicarnos, como lo hicimos hoy temprano.